Me considero una bailarina espontánea, es decir, ni he estudiado ni bailo en escenarios, pero sí que, de repente, cuando suena mi música favorita, puedo bailar desde en el coche hasta en un tren, pasando por un autobús o incluso en un barco, en la calle o en la cola del supermercado. Por supuesto, no os esperéis encontrar grabaciones sobre esto, son demasiado improvisadas para que a la gente le dé tiempo a sacar la cámara para grabar, incluso para que a mí me dé tiempo a decirle a algún amigo que la encienda, si lo hiciera ¡mi canción favorita se podría acabar!

 

 

           Y es que, que te diga un padrino de boda que has sido la reina de la fiesta, entretener a los niños inventado coreografías, bailar en la cubierta de un barco cuando echan tu canción favorita y que se te queden mirando y grabando... los del barco de al lado, no tiene precio.

Para todo lo demás... contrata a una bailarina profesional.